La dictadura del catalán se abre paso en las aulas baleares
Con los votos socialcomunistas e independentistas -PSOE, Més y Podemos-, el pleno del Parlament de Baleares ha rechazado la enmienda a la totalidad presentada por Vox al proyecto de Ley de Educación que pretende imponer la dictadura del catalán en las aulas de esta Comunidad. Estamos ante el primer paso para aprobar la ley que permite que el 100% de las materias se impartan en este idioma. Sorprende la postura del PP, cuya abstención la justifica con el argumento de que las enmiendas parciales que presentará harán menos lesiva la norma. Eso es de una candidez superlativa, porque la ley rezuma totalitarismo por los cuatro costados, algo que no se resuelve con una manita de pintura. No están las cosas para darle balones de oxígeno al socialcomunismo, así que haría bien el PP en reflexionar sobre quién gana con una abstención inexplicable.
Y es que la Ley de Educación de Baleares choca de bruces contra la jurisprudencia, pues el Tribunal Supremo ya declaró ilegales aspectos de la ley catalana -idénticos a la norma balear- que condena al español. El Tribunal Constitucional también se pronunció en su día contra la dictadura del catalán en las aulas, por lo que Vox recurrirá al TC. En estas circunstancias, pretender adecentar vía enmiendas una ley que rezuma totalitarismo es un ejercicio de voluntarismo condenado al fracaso.
La pretensión del Gobierno socialcomunista/independentista de Baleares es replicar en esa Comunidad la ley que los independentistas perpetraron en Cataluña. Ésa su fuente de inspiración, lo que representa una amenaza para la libertad de miles de familias condenadas y excluidas de forma totalitaria por un Ejecutivo que ha elegido la vía del sectarismo. En estas circunstancias, parches como el que pretende el PP están condenados a ser triturados por el rodillo totalitario del socialcomunismo. Y no verlo es no entender quiénes son y cómo se las gastan los enemigos de la libertad.
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